Una joya de El Casco
Una entrevista con Mari Fe, una trabajadora de El Casco
En El Casco somos conocidos por fabricar accesorios de escritorio de lujo para su hogar u oficina. Detrás de la marca, un equipo cuyas habilidades especializadas y metódica atención al detalle garantizan que todas y cada una de las piezas pueda ser atesorada y disfrutada durante muchos años. Parte de nuestro éxito de 100 años se basa en las historias de estas personas y sus contribuciones.
Para celebrar el Día Internacional de la Mujer, hablamos con Mari Fe, una de las personas más queridas de nuestro equipo. Su experiencia se extiende a más de 40 años de trabajo continuo y dedicado. A medida que se acerca a la jubilación, hablamos sobre sus experiencias trabajando en El Casco, recomendaciones imprescindibles para quienes son nuevos (o no) en El Casco y sus esperanzas para el futuro.
¿Cuándo empezaste en El Casco?
Pues empecé con 15 años. Entré al almacén a hacer grapas, y después de las grapas empecé a limpiar aparatos. Al cabo de unos años el encargado pidió una excedencia y me pusieron a mí de encargada. Y hasta ahora.
¿Cuáles son los cambios que has visto en el tiempo que has trabajado en El Casco?
Pues bueno, en gente muy poca. Ahora es cuando ha habido más cambio, porque hasta ahora nunca habían cogido a más gente. La gente se ha ido jubilando, pero no cogían gente nueva, porque éramos muchos y se hacia la producción. Una producción impresionante, de muchísimos aparatos. Estábamos repartidos, había una sección de grapas en la que sólo había mujeres. Y luego en el montaje también había mucha mujer y los hombres se dedicaban a las máquinas. También había alguna mujer que se dedicaba a máquinas, pero menos.
Y la evolución del taller, que se han ido haciendo muchísimas cosas nuevas, porque antes hacíamos sólo las grapadoras, los perforadores y los numeradores. También se hacían pisa cartas, pero luego ya se empezaron a hacer artículos de oficina de lujo: relojes, lámparas, portagafas y todo lo que hoy en día hay. Eso es lo que nos está salvando. Porque la grapadora cada vez se vende menos porque cada vez se trabaja menos con grapadora, aunque la grapadora siempre existirá porque siempre tienes papeles que tengas que grapar.
¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en El Casco?
El almacén. Porque a mí me gusta mucho mi trabajo. Desde que entré a trabajar, y no entré a trabajar a la fuerza. Nosotros por suerte podíamos haber seguido estudiando, pero como yo era mala estudiante la “Ama” me dijo “o estudias o a trabajar” entonces empecé a trabajar con 15 añitos. Que me estoy viendo con una minifalda (risas de Charlene y Mari Fe). ¡Todavía hoy los compañeros me lo recuerdan! Y bueno, mi trabajo me encanta, el trato con la gente, soy una persona muy sociable y si puedo ayudar al que tengo al lado le ayudo. El estar haciendo pedidos, el limpiar, el estar entretenida, me gusta mucho… mucho.
¿Qué es lo que vas a echar más de menos?
Pues a los compañeros, porque al final hoy en día la empresa se ha hecho una familia. Que no sé cómo lo voy a llevar, porque claro, hemos estado más tiempo en el trabajo que en casa. Y hemos convivido y hecho tantas cosas, que no sé cómo lo voy a llevar. Igual se me acumula el tiempo. Procuraré pasear, disfrutar de lo que pueda, que tenga salud y eso (se emociona).
Y hay mucha gente que habla sobre cómo las mujeres no trabajan mucho en las fábricas o en los talleres.
Sí claro sí, ahora se pide que las mujeres que trabajan en casa tengan derecho a su propia pensión. Pues además las que hemos estado trabajando fuera de casa hacíamos lo de casa, hacíamos lo del taller, y no parábamos, y éramos unas niñas. Yo ahora veo niñas de 15 años, y por suerte, no están trabajando todavía, que están estudiando para que se formen. Nosotras no estudiamos nada, teníamos los estudios básicos y punto. Pero hoy en día tienen esa suerte.
Ves eso como un cambio bueno…
¡Claro, claro! Porque para un futuro por lo menos que tengan una base. La mujer, en la época que yo entré ya empezó la pelea de sindicatos. La mujer ha sido, sobretodo en Euskadi, muy luchadora, ¡muy! Tenemos que estar ahí al pie del cañón.
Tenemos que seguir así.
Tenemos que seguir así. Por la cuenta que nos tiene. No dejarnos aplastar por nadie, ni porque sea un hombre muchísimo menos. Si no, nos estamos aplastando nosotras [Risas].
¿Y en tu tiempo libre qué te gusta hacer?
Bueno pues mira, en mi tiempo libre, hoy por hoy vivo en un caserío. Con todo esto de la pandemia, es un lujo lo que tenemos. Así que pasear, mi huerta, un poquito, que no hago mucho pero un poquito, pasear con los perros, cuidar mis flores y poco más. Y cuando nos quiten todo esto (restricciones de COVID19) pasear por la costa que es lo que más me gusta. Que me gusta el monte, pero me gusta más la costa.
Estoy de acuerdo contigo
[Risas].
Yo prefiero costa también [Risas]. ¿Si alguien quiere algo de El Casco y no sabe qué elegir, cual sería tu recomendación?
Si está buscando algo práctico, que lo tenga encima de la mesa para trabajar y para usar, un 85. El M85 para mí es el aparato fenomenal para trabajar, y estéticamente también. Luego ya está el 15 o el 5, de cromo o de oro. De oro es más estético, pero para trabajar el cromo. Pero algo muy especial para regalar, un afilalápices o un set del 15 o el 5 (grapadoras) y el taladro. Aunque el rey del regalo para mí sería un afilalápices, uno de tantos eh, jajaja. Porque luego tienes el reloj, la lámpara… Pero lo que es El Casco, Casco, el afilalápices.
¿Qué le deseas a El Casco tras tu jubilación?
Le deseo todo lo mejor, que tenga vida por muchos años, muchos muchos. En baños y grapadoras que siga muchos años. El Casco lleva muchísimos años y es algo icónico, es la punta de lanza.