Los primeros productos fueron revólveres que se fabricaron bajo tres marcas diferentes: El Casco, Duque y Tejón. La gama era muy amplia, calibres 38 y 32 con caños de 2 ½, 3 ¼, 4 ½, 4 ¼, 5 y 6 pulgadas.
Documentos y publicidad de la época atestiguaban que la calidad del producto era “extra”.
La maquinaria que se requería para la fabricación y control de las piezas era muy diversa (taladros, barrenos, tornos, fresadoras, prensas, escariadoras, copiadoras, pulidoras y baños galvánicos) por lo que los conocimientos y habilidades que exigía este tipo de fabricación debían de ser muy amplios.